En el que se relata lo escrito en el Libro del Destino, que anuncia todo lo que sucederá en nuestra sagrada Orden por siempre.
En los días del Gran Yog-Sothoth, y de nuestro señor Cthuluh, y siempre, en nuestra Orden hemos sabido todo aquello que ha sido y que será gracias a las nobles palabras de los viejos profetas que habían en tiempos de antaño. El primero fue Urgash-ton, y el segundo fue el impío sacerdote de Ulthar, y el tercero fue la madre Ilyth'la, y el cuarto fue ibn al-Salazin Abai, y cada uno de estos ha conocido el destino y lo que sucederá en tiempos futuros; y todas aquellas cosas de tiempos posyteriores quedaron escritas en nuestra Noble Orden, y en las horas de los ritos los sacerdotes las lee.
Antes de los primeros años, cuando la tierra es joven,
Y antes de que las estrellas brillen en la noche,
Una raza antigua de la noche llegará,
Y por el vacío cósmico volará.
Y aunque ni sentirá, ni oirá ni verá apenas,
Y morará en sombrías y lóbregas cavernas,
Será grande en la recién creada tierra para reinar,
Antes de que los dioses sueñen con la humanidad.
Y mientras la raza antigua se debilita en su hogar,
Nuevas criaturas llegan de Yith; un pueblo estelar,
Que la vence, y la encierra en cuevas,
Y de su tumba honda sella las puertas.
Son los más grandes de su historia,
Y la muerte no verá el fin de su gloria,
Porque vencerán a la parca, y existirán
Sin su acoso, y eternamente vivirán.
Y en esta Tierra habrá antiguos seres,
Viejos como la guerra entre sus reyes,
Que rinden homenaje al negro Tsathoggua,
Como lo harán luego al viejo Crom-yua.
Y llegarán otros seres de los cielos,
Para ocupar su lugar, y sucumbir luego
Ante razas posteriores, que detrás llegan
De lejanos mundos para unirse a la refriega.
Y mientras la Gran Raza persiste en su tierra,
Desde la antigua Yuggoth los primigenios llegan,
Para construir su nación y su arte de nuevo,
Porque serán ellos los que erijan los templos,
A antiguas deidades, como hacemos ahora,
Que vinieron antes de que la nieve traidora
Cubriera todas sus tierras, y les destruyera,
Dejando sin vida sabia a la Tierra entera.
---------------------------------------------------------------
De "El Manuscrito de Sussex", Fred L. Pelton.
Publicar un comentario